En la tele me encontré con un programa especial con rankings del American Film Institute que destacaba las 10 mejores películas de cada género. Entre esos estaba la selección de las 10 mejores cintas que ocurren en una corte de justicia, el listado lo pueden revisar en este link.
En un merecido primer lugar está Matar a un Ruiseñor, película que inmortalizó a Gregory Peck como el ejemplar abogado y padre de familia, Atticus Finch, basada en la conmovedora (y única) novela de Harper Lee. Aunque corresponde mencionar el primer lugar, espero en otra oportunidad escribir en extenso sobre esta tremenda película.
Por el momento, quiero destacar que Sidney Lumet estuvo presente dos veces en la selección del AFI, en el cuarto lugar con The Verdict (cuyo comentario pueden revisar en el posteo de más abajo) y en el segundo lugar con una peliculaza, 12 Hombres sin Piedad o 12 Hombres Furiosos, como reza su titulo original. Se trata de la opera prima de Lumet y es una joya por su guión y actuación.
Para la colaboración de la Rolling había alcanzado a escribir un microcomentario sobre esta película que finalmente quedó fuera por espacio, pero ahora lo comparto con Uds.
Dato: La imagen de la derecha, es el afiche polaco de la cinta. Últimamente me he topado con varios artículos que destacan el trabajo artístico de los afiches cinematográficos en Polonia, no hay duda de que son verdaderas obras de arte, los tipos hacen sus propias interpretaciones sobre el contenido de las películas para promocionarlas. ¿Qué mejor? Para ver más afiches directamente desde Polonia, aquí y acá.
12 Hombres sin Piedad:
La primera película dirigida por Sidney Lumet es una clase magistral de creatividad e ingenio para contar una buena historia. El filme da a conocer un juicio por parricidio, centrándose en la discusión que tienen durante horas encerrados en una sala los 12 hombres que forman parte del jurado, para determinar si el acusado es culpable o inocente. Películas como esta, son la clave para comprender que el buen cine no es el que cuenta con altos recursos de producción, sino que el poseedor de grandes ideas.